31 DE MARZO, DIA MUNDIAL DE LA PREVENCIÓN CONTRA EL CANCER DE COLON.




La vida está llena de continuas sorpresas y sucede que muy comúnmente no valoramos la importancia de seguir vivos y sanos.

Una de las aventuras más extrañas de mi vida la inicie con un ligero dolor de estómago y muchas agruras después de comer unos esquites en medio de uno de los momentos más emotivos de mi existencia , estaba de visita en el Festival Cervantino en la ciudad de Guanajuato. México. Ese instante fue la primera sospecha de que algo no andaba bien, era el mes de octubre del 2009.  

Los días que siguieron tuve un dolor intenso en el estómago sumado a un vomito continuo, los primeros diagnósticos iban desde gastritis, colitis nerviosa,  hasta una ulcera gástrica. Al principio supuse que no era tan grave y me conformaba con tomar medicamentos sin mucho éxito para aminorar el dolor.  Poco tiempo después comencé a tener las primeras hemorragias sumadas a un dolor intenso, fue ahí cuando en el hospital los médicos comenzaron con estudios minuciosos, pero como todo servicio médico público, la burocracia, la saturación y el tiempo te acercan más a la muerte que a la salud. Para diciembre del 2009 y enero de 2010 ya era un calvario el dolor y sus derivados, nada lo controlaba y aun no se sabía que era lo que tenía.

En febrero del 2010 el dolor fue más insoportable que nunca  y la hemorragia tal que provocó mi primer ingreso al servicio de urgencias. Nuevamente se me hicieron estudios y una segunda colonoscopia, fue ahí que me informaron que el diagnóstico final era algo llamado Trastorno de Cusi, un mal crónico del que aún  se sabe muy poco, a consecuencia de ello, tenía un tumor que poco tiempo después dio como positivo de CA de colon.

El 2010 fue un calvario, la salud disminuyó notablemente en todos sentidos y el temor a lo desconocido, la amenaza de muerte me dieron el golpe más cruel y certero en la vida. Acostumbrado hacer mil cosas pronto tuve que aprender a dejar ir muchas y comencé a retirarme de las ocupaciones, el dolor, los medicamentos y muchas cosas provocaban muchas depresiones y para una persona dedicada a la vida académica y aprender, no fue sencillo ni fácil ver como por medicamentos se mermó mi capacidad, en medio de dolorosos tratamientos a veces era incapaz de sostener el hilo de una conversación,  en una ocasión a mitad de una conferencia olvidé  qué diablos iba yo a decir en medio de tanta gente, con el paso de los días llegó el momento en el que no podía dar clases si no tenía la computadora cerca para ver que iba hacer. Uno de los medicamentos administrados para el dolor y las constantes hemorragias me habían puesto en el rango más bajo de mi actividad cognitiva, lo peor era que eso tampoco aminoraba a veces los dolores que padecía.

Durante ese tiempo toque fondo y hubo un momento en el que ya no supe que hacer con mi vida, acabar con ella me parecía la mejor opción. Me llené de un odio terrible, de mucha amargura y no paraba de preguntarme ¿por qué a mí? En muchos momentos el final parecía muy cerca  y el dolor me hacía desearlo cada vez más.

Extrañaba mi vida, no soportaba estar en cama o en hospitales y lamenté el hecho de vivir en esas condiciones. El medicamento me provocaba cierta falta de fuerzas algunas veces y un día en la escuela donde doy clases me provocó un infarto. Las hemorragias siguieron y con un tipo de sangre que es el AB Negativo, era casi imposible la trasfusión. Me dolía mi dolor pero más aún el de mis seres queridos que pasaban días de desasosiego preocupados por mí, a mí el dolor y a ellos la impotencia nos estaban acabando.  

En medio de todo este tormento entendí que no estaba muriendo, sino que estaba muerto en vida. No había comprendido el sentido de estar frente a una enfermedad de este tipo. A veces el dolor es el único recordatorio de que seguimos vivos, y yo  me daba por descontado. Cuando entendí esto, el vigor regresó a mí y decidí encarar al cáncer sin consideración alguna, sabía que la lucha no iba a ser fácil, pero decidí mentarle la madre a él. Ya no le llamé “mi cáncer” por qué no era mío ni parte de mí, y me declaré en Estado de Guerra contra él, con un solo pensamiento, le pedí una tregua al gran arquitecto para poder responder con gratitud a todos aquellos que en el peor momento no me dejaron, le pedí una tregua para volver apostar en la vida, pedí una tregua por pelear ahora sí, por ser feliz, para amar y para seguir aquí.

A pesar de las complicaciones no quise dejar de trabajar, empecé hacer de nuevo más cosas, gasté lo que ganaba para emprender más tratamientos y saque fuerzas del coraje para volver a pelear. Con la conciencia de que podía perder pero de que a pesar de ello, no iba a dejarme ganar, valoré a los que tengo y lo que tengo, comprendí la importancia de respirar cada instante, aprendí a valorar la vida y cada segundo, desde su hermosura hasta los triviales malos momentos, me perdoné por el tiempo perdido y lo más doloroso de todo: resinifiqué mi existencia. A partir de ahí le ofrecí un mejor Julio a los de alrededor. Me corté el pelo, me compre ropa, me tape la ojeras y cada que salgo les ofrecí la mejor versión de mí. Cuando no estoy bien me la paso en mi casa desde la computadora, pero si salgo a trabajar no me verán ni mal, ni quejándome, hay quien piensa que no estoy enfermo, y eso es bueno, la compasión y la autocompasión son deleznables, canto, rio, juego, brinco divierto el rato que puedo.
Hay gente que amo y me apoya y que celebra mis batallas, que me anima y con paciencia me acompañan, pero la crueldad también es humana y no ha faltado desde aquellos que solo creen hasta cuando les toca verme en los peores momentos hasta los más estúpidos que piensan que lo merezco por ser un hijo de puta e insensible,  según su versión de mí. El caso es que al final y a pesar de todo, hasta de mí: AQUÍ ESTOY.

En enero  del 2011 gané la primera batalla, la cirugía logró quitarme el dolor más fuerte y de ahí la constante han sido altos y bajos, días bien otros no tanto y algunos muy mal. El 2012 fue bueno, a pesar de haber más tumores no me dolieron tanto y se mantuvieron estables. Este 2013 estoy a unos días de dar otra batalla con una cirugía más. No importa el resultado, agradezco seguir aquí hoy y valorar la vida.

Espero con toda el alma seguir esta historia, desearía acabar a los ochenta años de un infarto fornicando con alguien de menos de treinta, en medio de un orgasmo… ojalá se me cumpla.

Ah lo olvidaba, hoy 31 de marzo del 2013 es el día Mundial Contra el Cáncer de Colon, en el 90% de los casos es curable si se detecta a tiempo.

Sean felices hoy y siempre.

Gracias a la vida, al Fer a Mónica, a Lucerito, a Susas, Marcos, Oscar y a otros corazones que no me dejaron y aquí siguen, a pesar de todo… hasta de mí.      


1 comentario:

  1. Me siento muy orgullosa de haberle conocido, de recibir siempre las enseñanzas de un hombre justo y un ser humano extraordinario. Pero sobre todo, me siento feliz de saber a traves de este medio que sus palabras estan llenas de realidad. Hoy sé que el liderazgo que encabeza solo usted podía hacerlo. Su vida y su pensamiento son luz en la oscuridad.

    ResponderEliminar